14/6/14

Musekinin Hero

Hola a todos <3
Muchísimas gracias por leer este fic, no saben lo feliz que me hacen :'3
Hago esta entrada rápidita ya que dentro de poco juega la Selección Colombia y me concentraré en ver ese partido, perdón por lo cortito, pero el resto de inspiración se lo dedicare al especial de Seduciendo a mi profesor, que espero tenerlo antes del cumple de Inoo, espero que les guste este capítulo y como siempre este fic va dedicado a Wen-chan y Mimi-chan.



Tema: Musekinin Hero
Extensión: Serial 
Parejas: Takanoo y otras...
Autora: Akari-chan


Capítulo 8
Desperté debido a los rayos de sol que se asomaban por la ventana, sintiendo un fuerte dolor de cabeza y en el resto de mi cuerpo, me encontraba acostado sobre el mueble de la sala del apartamento de Inoo-san.
- Buenos días – dijo mientras se acercaba con una bandeja llena de comida, poniéndola en la mesita que quedaba en todo el centro de la sala -.
- Bu… buenos días – le respondí todavía adolorido, a pesar de que habíamos bebido demasiado él se veía radiante, más que yo solo sentía dolor -.
- ¿Cómo estás? – Preguntó un tanto preocupado, pero pude notar su rostro levemente sonrojado -.
- Un poco adolorido pero bien ¿Qué pasó? – pregunté, no me había dado cuenta de en qué momento me había quedado dormido y me daba miedo pensar en haber hecho algo indebido -.
- ¿No lo recuerdas? – preguntó con un tono algo triste -.
- ¿Qué hice? – pregunté realmente preocupado, no me hubiera perdonado si le hubiera hecho algo malo -.
- No hiciste nada malo – suspiró – solo te caíste cuando intentabas levantarte para ir al baño, debe ser por eso que te sientes adolorido – dijo dedicándome esa hermosa sonrisa que tanto me enamoraba -.
- Si, debe ser por eso – sonreí y me senté con algo de dificultad en el mueble -.
- Come algo para que recobres fuerzas, tenemos que trabajar hoy – y sin decirme nada más se fue a la que seguramente era su habitación, volví mi mirada a la mesita, tenía mucha hambre así que sin pensarlo, comencé a comer, estaba realmente delicioso, en esos momentos deseaba que fuera Inoo-san quién me cocinara todos los días, pero aun así seguía sintiendo una extraña sensación dentro de mí, como si pasara por alto algo importante -.

- Despierta dormilón – dije mientras me acomodaba encima de mi novio, notando como este abría sus ojos lentamente -.
- Kou-chan, todavía es temprano – dijo volviéndolos a cerrar -.
- Lo sé, pero es que tenemos que alistarnos, volveremos a Tokyo en un par de horas – dije un tanto desanimado, no quería volver, si de por mi fuera, me hubiera quedado allí con Ryutaro el resto de mi vida, pero tenía obligaciones con la empresa -.
- ¿Tan pronto? – preguntó haciendo un adorable puchero -.
- Tengo mucho trabajo que hacer – dije, mientras acariciaba su rostro con una de mis manos -.
- Está bien, iré a bañarme – dijo resignado, intentando apartarme de encima de él, pero yo no daba señales de querer moverme -.
- Bañémonos juntos – dije sonriéndole de manera no muy inocente, él sabía muy bien lo que quería, lo podía ver en sus ojos -.
- Pero nos demoraremos más si nos bañamos juntos – dijo con tono de reproche, pero sabía que mentía -.
- Lo sé, pero mataríamos dos pájaros de un solo tiro, ven – me levanté de la cama junto con él, entrando de inmediato al cuarto de baño, besándonos desesperadamente al mismo tiempo que nos quitábamos nuestras pijamas, hasta quedar totalmente desnudos -.
- Te amo Kota – susurrabas entre besos, acariciando mi torso y pellizcando mis tetillas al llegar a ellas -.
- Y yo a ti mi Ryutaro – le respondí, llevándolo junto conmigo a la ducha, abriendo la regadera y sintiendo como el agua recorría nuestros cuerpos, importándonos muy poco que estuviera fría, pero de repente comenzó a sonar mi celular que estaba en el pantalón de mi pijama que yacía en el suelo y dificultosamente, bajo la mirada molesta de mi novio, dejé lo que estaba haciendo para ir a contestarlo -.
- Buenos días, Kou-chan – no había visto quién era el remitente así que me sorprendí demasiado al escuchar su voz -.
- Bu… buenos días, Inoo – respondí, sintiendo como Ryutaro se posicionaba delante de mí besando mi torso y apretando con sus dedos mis tetillas -.
- Te he extrañado mucho – dijo con dulce voz, aquella que hace mucho tiempo me había conquistado, pero en esos momentos ya no sentía lo mismo al escucharla, sólo sentía amor por el ser que me acariciaba en esos momentos -.
- Si, yo también – respondí, tratando de ocultar los gemidos que amenazaban con salir, me dolía mentirle así, pero tenía miedo de pensar en cómo reaccionaría -.
- Hoy regresas ¿verdad? – preguntó emocionado -.
- Si, hoy regreso – tomo del mentón a mi novio con mi mano libre dejando su rostro a la altura del mío, besándolo fogosamente, cuidando de que no escuchara nada al otro lado de la línea -.
- ¿Quieres que vaya por ti al aeropuerto?
- En verdad no creo que debas molestarte – dije nervioso, viendo como Ryutaro se agachaba, además tenía que evitar que Inoo fuera -.
- ¿Estás bien? Es que te oigo nervioso – dijo preocupado -.
- No pasa nada, es solo que tengo que hacer algunas cosas y pasaré de una vez a mi apartamento a hacer el trabajo que tengo pendiente.
- Pero por mí no hay pro…
- ¡NO! – Exclamé, interrumpiendo lo que iba a decir, Ryutaro comenzaba a lamer mi miembro intensamente – En verdad no es necesario que lo hagas, además tú también tienes trabajo que hacer y no quiero que lo descuides solo por mí – dije tratando de hablar lo más normal posible -.
- En eso tienes razón – dijo un tanto desanimado - Ok, que te vaya bien en tu viaje de regreso.
- Te veré mañana en la empresa, cuídate.
- Te amo – dijo para después colgar, seguramente lo había herido con mis palabras -.
Al terminar la llamada, dejé el teléfono en el suelo, concentrándome en lo que me hacía mi novio, sin duda era algo muy imprudente de su parte, pero no me disgustaba del todo, me encantaba que fuera así, siempre sorprendiéndome.
- Ryu…
- ¿Ya terminaste de hablar con tu querido Inoo? – dijo con mucho fastidio, sin dejar lo que estaba haciendo -.
- Ryu… lo… lo siento – dije por fin sacando esos gemidos que me provocaban sus lamidas – ya te lo he dicho muchas veces, él y yo ya no tenemos nada.
- Pero se han besado, los he visto – dijo con tristeza, poniéndose de pie, viendo como unas lágrimas comenzaban a salir de sus ojos -.
- Esos besos no significan nada para mí.
- ¿Entonces por qué no lo dejas?
- Porque él está muy enamorado de mí y me da miedo de que haga alguna locura.
- ¿Pero no le haces más daño si le mientes? ¿Y qué tal que ya sospeche algo?
- Bueno, me ha hecho muchas preguntas del por qué no tenemos sexo – dije pensativo -.
- ¿Ves? Déjalo y sé solo mío – dijo Ryu sonriente al mismo tiempo que me abrazaba -.
- Lo dejaré, pero dame solo unos días, tengo que hacerlo cautelosamente – mi novio asintió, rodeando mi cuello entre sus brazos, besándome dulcemente -.
- ¿En qué habíamos quedado? – Pregunté, bajando mis manos hacia sus nalgas, apretándolas fuertemente, volviéndolo a besar, pero con más pasión, estaba decidido a terminar mi relación con Inoo, no soportaba más ver sufrir a Ryutaro por eso -.

- Buenos días Maruyama-sama – dije al entrar a la oficina del jefe de bodega, haciendo una reverencia -.
- Muy buenos días Yaotome-kun, siéntate – dijo indicándome que me sentara -.
- ¿A qué se debe esta reunión tan repentina? – pregunté curioso, era la primera vez que me llamaba a mí solo -.
- Sí, tengo algo muy importante que decirte – suspiró – como bien sabes, me trasladaré a Osaka la siguiente semana, así que tendré que escoger a alguien para que ocupe mi lugar -.
- ¿Y qué tengo que ver yo con eso? – pregunté confundido -.
- ¿No lo entiendes? – Negué con la cabeza – Yaotome-kun, te nombro como el nuevo jefe de bodega – sonrió -.
- ¡¿EH?! – Exclamé sorprendido -.
- Felicidades.
- ¿Es esto un sueño? – Pregunté, en verdad que no me la creía, eso era algo que estaba esperando hace mucho tiempo -.
- No, no lo es – me sonrió nuevamente – ya puedes irte, en un par de días te enseñaré todo o que necesitas saber de tu nuevo trabajo -.
- Muchas gracias – dije y sin esperar más salí de la oficina dando saltitos de emoción, esa era la oportunidad de mi vida y me sentía muy feliz por ello, pero mi felicidad aumentó al ver a la persona que tanto me gustaba -.
- ¿Por qué tan feliz Hikaru-kun? – preguntó, dedicándome esa hermosa sonrisa que tanto me cautivaba -.
- Ni te imaginas la buena noticia que me dieron.
- ¿De qué se trata?
- Te presento al nuevo jefe de bodega – dije entusiasmado y con orgullo -.
- ¿Me estás hablando en serio? – Preguntó al parecer sin creerlo -.
- Muy en serio – y sin esperar ni un segundo más, me abrazó fuertemente, abrazo al cual correspondí con gusto -.
- Muchas felicidades – dijo sin todavía dejar de abrazarme -.
- Gracias – nos separamos un poco, pero manteniéndonos abrazados, me sentía tan feliz de estar cerca de él, tanto que no percaté que estaba acercando demasiado mi rostro al suyo -.
- ¿Tienes libre esta noche? – Preguntó de repente, haciendo que nos separáramos -.
- Por supuesto – respondí -.
- Que bien, iremos los dos a celebrar tu ascenso – dijo entusiasmado y sin esperármelo me dio un beso en la mejilla –.
- Okamoto-kun ¿Me puedes ayudar con estás cajas? – preguntó uno de los trabajadores de la bodega, Miyata-kun -.
- Ya voy, nos vemos a la salida.
- Claro – y con una sonrisa nos despedimos, ese día sin dudas, me estaba saliendo de maravilla -.

- En verdad no debiste molestarte en traerme en tu auto – dijo Takaki-kun apenado, se veía tan adorable así -.
- Con esa resaca que tienes no quería arriesgarme a que te pasara algo.
- ¿Pero tú por qué si te encuentras bien?
- Soy muy tolerante al alcohol - reí -.
Seguimos conversando durante nuestro recorrido a la empresa, me sentía muy bien a su lado, aunque esos momentos también sentía como mi corazón palpitaba aceleradamente, no estaba muy seguro de si contarle lo que había pasado aquella noche.

CONTINUARÁ…